20 de noviembre de 2009

Buff...

Buff, el frío y la humedad ya se dejan notar. Espero que a la Histérica no le dé por cortarme el pelo hasta la primavera... El Gordo es más razonable con eso, pero a ella le parece que estoy más suave y 'estéticamente aceptable' con el pelo corto, aparte de que no voy dejando tanto pelamen por la casa. Encima me ha venido esa cosa del celo. Jejje, me encanta hacerlos sufrir... Tengo una técnica que no falla; cuando paso delante de un chucho, me detengo, él percibe mi estado, se vuelve loco y viene hacia mí, y entonces me largo, ¡juajja! Qué risa, pobres machos...

Ummm... Otra novedad es que han puesto un arbolito chiquitito en la esquina. Fui contenta a olisquearlo, pero puaj, es de plástico. ¡A ver si este fin de semana tocan árboles de verdad! Che, pero con el Gordo, que la Histérica se siente culpable y dice que tiene que estudiar. A ver si el Gordo me lleva al monte, a ver si tengo esa suerte... Gordo, si lees esto, ¡¡anda, llévame al campo!!

14 de octubre de 2009

Cambios

Ya no puedo saltar desde la cama al sofá, porque no llego. Y mi caseta está lejos de la cama, pero eso no importa, porque siempre acabo subiéndome para dormir con ellos. Esta gente ha modificado la casa; ahora las paredes son verdes y me recuerdan al monte, por eso los primeros días lloraba y gemía, porque no veía los árboles. Ellos pensaron que me deprimían los cambios. Nada, se ve que estaremos en esta casa mucho tiempo y han pensado que sería mejor hacerla algo acogedora. Que la verdad, ya era hora, que las paredes daban pena de la humedad que rezumaban. Otra diferencia es que ahora el Gordo duerme en el lado derecho de la cama, porque la Histérica dice que ahora le gusta más el lado izquierdo, pues está más resguardadito. Pobre Gordo, cómo le manipulan.

A mí me da igual cómo estén puestos los muebles. Lo mismo da si las paredes son verdes o blancas con manchurrones negros. Lo mismo da. Siempre que vuelven a casa me buscan y me hacen arrumacos, y cada mañana me toca un pedacito del sandwich del Gordo. Y todos los fines de semana nos vamos a caminar al campo, o a chapotear a la playa. Mientras esas cosas, las importantes, no cambien, lo mismo me dan los colores.

31 de agosto de 2009

Abandonada

Me abandonaron, señores. El Gordo y la Histérica me dejaron aquí, en este pequeño paraíso que es El Hoyo, con esta amable gente, y se largaron. Pensaron que al estar en el campo, con espacio para correr y rincones que inspeccionar, no me daría cuenta de su ausencia. Error. Los Otros me llevaron a la ciudad unos días, y allí estuve encerrada en un piso. Sola, sin terraza, ni un fisco de aire libre. Y sin ellos. Me puse enferma. No tenía ganas de nada, ni de comer. Así me pasé los días, echada en la cama, desganada, triste e inapetente. Hasta que me trajeron de nuevo a La Gomera, donde ya pude entretenerme un rato de nuevo persiguiendo gatos y olisqueando la tierra. Hablé con la Histérica por teléfono un par de veces y me dijo que faltaba poco para vernos. Y así fue. A los pocos días aparecieron los dos. Corrí hacia ellos, les pasé la lengua con fuerza inusitada por la cara, las manos, por donde alcancé. Y hasta ahora no me he despegado de ellos, no vayan a dejarme de nuevo.

23 de julio de 2009

Calor lagunero


Se acabó lo bueno, adiós a La Gomera. Aquí en La Laguna hace un calor infernal y no cae ni gota, no sé por qué llaman a esto 'laguna'. Ya me raparon casi al cero, salvo la cara, pero no alivia el calor. Aademás, la cabeza siempre me la dejan peluda, con bigotes y barba y todo. Encima esta tarde toca paseo largo, que ahora a la Histérica le ha dado por sacarme mañana y tarde una hora como mínimo. Normalmente temprano y al atardecer, cuando el sol ya no agobia tanto, pero creo que hoy va a adelantarse un poco, buff... Además, hoy va a ser un tanto estresante el paseíto, pues tengo entendido que vienen unos reyes a inaugurar no sé qué. No creo que sean los Reyes Magos, porque la Histérica se alegra cuando vienen esos reyes, y de los que vienen no ha dicho nada bueno... Tendremos que buscar una ruta alternativa, porque las calles peatonales, por lo visto, están reservadas para esos señores. No entiendo nada.

En fin, voy a echarme un poco para tener fuerzas. ¡Y a ver si este par se decide pronto, que quiero saber qué haremos en vacaciones!

5 de julio de 2009

¡En mi salsa!

¡Al fin! Al fin me encuentro en este pequeño paraíso que es La Gomera. Y no es que vea mucha isla, pero en esta casa una nunca se aburre. Hay más gatos que nunca, aunque no todos huyen cuando me ven. Además, hay un chinijo que me persigue. Es un verdadero agobio. Le gruño, pero no se da por aludido, y cuando intento morderle ¡la Histérica me lo reprocha! La verdad es que es tan minúsculo que podría arrancarle la cabecilla esa de un mordisco, quizás debería dejarlo... Total, yo también fui cachorro, y bien saben estos dos que mis buenas trastadas hice (y ellos jamás intentaron morderme, aunque alguna vez vi al Gordo con mucha, mucha hambre).



Todos los días salimos por la mañana y por la tarde a dar un paseo por el barranco. Muchas veces se apunta Miki, mi viejo amigo-pretendiente del verano pasado, y nos acompaña hasta la playa. Yo creo que todavía quiere jaleo conmigo, pero ahora no estoy en esos días... Prefiero jugar. Y por cierto, a partir de mañana podré volver a hacerlo con mi queridísima amiga Linda, a la que sólo veo en esta época del año. Mañana viene para acá. Me han dicho que ha engordado bastante, así que igual no está tan ágil como solía, pero pasaremos buenos ratos, seguro. El año pasado la noté algo tristona desde que le quitaron los cachorros, a ver si está más animada.

Bueno, les dejo, que la Histérica me llama para tirarme mangos inmaduros y que vaya a por ellos.

¡Salud!

3 de abril de 2009

Me paso el día TEMBLANDO

Estamos ya en primavera. De hecho, la primavera llegó el mismo día de mi segundo cumpleaños. Podía haberme regalado el sol, aunque sea unos rayitos, porque llevo sin verlo un tiempito, ¿eh? Que vale ya, que no puedo echarme en la terraza. Que me sacan a la fuerza de la cama cada mañana para dar el dichoso paseo matutino. Que el pis se me congela a medio camino. Al menos, mis dueños podían haberme hecho una fiestita de cumpleaños. ¿Tú la has visto? Porque yo no. Se ve que la Histérica se sentía culpable y al día siguiente me compró un par de chuches, pero para salir del paso. Ni el Gordo se enrolló, y mira que tenía fe en él. Nada, ninguna sorpresa. Ni sol, ni largos pateos... ¡Que el último fue hace casi 3 semanas! Qué asco de primavera estamos teniendo. Encima, me parece que andan liados y la próxima semana pasaré bastante tiempo sola en casa.

Haré lo que más me gusta hacer últimamente. Me meteré entre sus sábanas de franela a esperar que salga el sol. Y si veo que la cosa sigue así, no repararé en dejarles un regalito en la cama.

A dormir se ha dicho.