23 de julio de 2009

Calor lagunero


Se acabó lo bueno, adiós a La Gomera. Aquí en La Laguna hace un calor infernal y no cae ni gota, no sé por qué llaman a esto 'laguna'. Ya me raparon casi al cero, salvo la cara, pero no alivia el calor. Aademás, la cabeza siempre me la dejan peluda, con bigotes y barba y todo. Encima esta tarde toca paseo largo, que ahora a la Histérica le ha dado por sacarme mañana y tarde una hora como mínimo. Normalmente temprano y al atardecer, cuando el sol ya no agobia tanto, pero creo que hoy va a adelantarse un poco, buff... Además, hoy va a ser un tanto estresante el paseíto, pues tengo entendido que vienen unos reyes a inaugurar no sé qué. No creo que sean los Reyes Magos, porque la Histérica se alegra cuando vienen esos reyes, y de los que vienen no ha dicho nada bueno... Tendremos que buscar una ruta alternativa, porque las calles peatonales, por lo visto, están reservadas para esos señores. No entiendo nada.

En fin, voy a echarme un poco para tener fuerzas. ¡Y a ver si este par se decide pronto, que quiero saber qué haremos en vacaciones!

5 de julio de 2009

¡En mi salsa!

¡Al fin! Al fin me encuentro en este pequeño paraíso que es La Gomera. Y no es que vea mucha isla, pero en esta casa una nunca se aburre. Hay más gatos que nunca, aunque no todos huyen cuando me ven. Además, hay un chinijo que me persigue. Es un verdadero agobio. Le gruño, pero no se da por aludido, y cuando intento morderle ¡la Histérica me lo reprocha! La verdad es que es tan minúsculo que podría arrancarle la cabecilla esa de un mordisco, quizás debería dejarlo... Total, yo también fui cachorro, y bien saben estos dos que mis buenas trastadas hice (y ellos jamás intentaron morderme, aunque alguna vez vi al Gordo con mucha, mucha hambre).



Todos los días salimos por la mañana y por la tarde a dar un paseo por el barranco. Muchas veces se apunta Miki, mi viejo amigo-pretendiente del verano pasado, y nos acompaña hasta la playa. Yo creo que todavía quiere jaleo conmigo, pero ahora no estoy en esos días... Prefiero jugar. Y por cierto, a partir de mañana podré volver a hacerlo con mi queridísima amiga Linda, a la que sólo veo en esta época del año. Mañana viene para acá. Me han dicho que ha engordado bastante, así que igual no está tan ágil como solía, pero pasaremos buenos ratos, seguro. El año pasado la noté algo tristona desde que le quitaron los cachorros, a ver si está más animada.

Bueno, les dejo, que la Histérica me llama para tirarme mangos inmaduros y que vaya a por ellos.

¡Salud!