Todos los días salimos por la mañana y por la tarde a dar un paseo por el barranco. Muchas veces se apunta Miki, mi viejo amigo-pretendiente del verano pasado, y nos acompaña hasta la playa. Yo creo que todavía quiere jaleo conmigo, pero ahora no estoy en esos días... Prefiero jugar. Y por cierto, a partir de mañana podré volver a hacerlo con mi queridísima amiga Linda, a la que sólo veo en esta época del año. Mañana viene para acá. Me han dicho que ha engordado bastante, así que igual no está tan ágil como solía, pero pasaremos buenos ratos, seguro. El año pasado la noté algo tristona desde que le quitaron los cachorros, a ver si está más animada.
Bueno, les dejo, que la Histérica me llama para tirarme mangos inmaduros y que vaya a por ellos.
¡Salud!
4 comentarios:
Disfruta Uguita, que pronto volverás a casa y ya no verás cesped, ni a linda ni huerfanín estará todo el día intentando olerte tus cosillas......
uf, los gatos suelen ser tremendos. Y es cierto! ya no nos tienen miedo! ¿Cuando fue que pasó esto?
Patita, amiga...
¡Tienes suerte de que la Histérica sólo te tire mangos! Peores suertes han caído sobre otros. Dentro de poco vas a tener una primita: es un poco picuda, pero es lo que tiene ser eriza ;oP
Pues sí, Uguita, tu queridísima amiga Linda decidió comerse a tu gatín amiguín después de tu marcha. Así es la vida. Inverosímil. Y así es la muerte. Inevitable.
Ahora reposa en un guapo rincón, rodeada de dichondra fresca y verde. Descanse en paz.
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