Aquí nos pueden ver a mi amito y a mí siendo acosados y rodeados en La Graciosa (y sólo se ven dos, pero eran como 5).

Había un graciosillo que me gustaba, pero no me dejaron llegar más allá de unos bailes y juegos...

Ya llevamos un par de buenas semanitas aquí, de vuelta en la rutina. No sé cuándo nos daremos otra escapada larga de esas. De todos modos, no puedo quejarme; ayer mismo fuimos a la playa, donde me harté a coger piedras. Y creo que para el próximo fin de semana hay planeado algo con la tienda de campaña... Mejor será que descanse estos días, mientras estos dos están fuera, haciendo lo que sea que hagan fuera. Con lo bien que se está sesteando en la cama, o al sol en la terraza... De verdad, a estos humanoides no hay quien los entienda.
¡Salud!

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